Comenzamos a darle hacia el sur y a los pocos metros tuvimos la primera pruebita al tener que atravesar los ciclo-puentes que tienen subidas muy empinadas. La primera parada la hicimos a los 5 km. A esa hora la ciclopista estaba prácticamente vacía.
En el km 12 (lindero de la Delegación Magdalena Contreras) comienza un paisaje menos urbano y más rural. Rafa comenzó a sufrir un calambre que lo atormentó casi toda la rodada pero se aguantó como los grandes. Allí hicimos una segunda parada para comer unas barritas energéticas.
En el camino pudimos ver a muuuuchos teporochitos (como que les gusta la zona). También tuvimos que sortear un mercadillo que se pone sobre la misma ciclopista. Puro folcklore.
Al fin llegamos al punto llamado “Picacho Ajusco” (km 16) que es donde comienza la zona más bonita pues es un Area Natural Protegida. Allí hay paisajes verdaderamente hermosos. Todo el recorrido es de subida, una subida muy leve, casi imperceptible, pero constante, total que de repente ya se ve la ciudad muuuuy abajo y el sudor se hace presente. En el camino hay varios miradores y muchas zonas de bosque donde la gente hace picnic y campamento.
En el trayecto se nos unió un amiguito (Diego de 9 años) que traía mejor paso que todos nosotros y nos sirvió de guía durante un buen rato.
Como a las 11:00 llegamos a la estación Ajusco y media hora después logramos nuestra _meta_ en la Estación San Miguel (km 25). En el camino nos encontramos con otro grupo de ciclistas que iban hasta Tepoztlán y nos hubiera gustado seguirnos con ellos, pero no era nuestro plan original.
El regreso fue mucho más leve (gracias a la bajada) y mucho más rápido. En la zona rural paramos a comer un elote. A la 1:30 pm estábamos de regreso en los coches, sanos, salvos y muy contentos por haber hecho nuevas amistades y por haber recorrido 50 kilómetros llenos de buena platica, bonitos paisajes y mucha diversión.
Gracias a todos por su asistencia. Y a ver si vamos organizando la próxima hasta Tepoztlán.
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